¿Qué se entiende por evaluación de impacto?

La evaluación de impacto es un tipo particular de evaluación. A continuación se citan algunas definiciones:

  • Término que indica si el proyecto tuvo un efecto en su entorno en términos de factores económicos, técnicos, socio-culturales, institucionales y medioambientales. (OCDE, 1992)
  • Es un tipo de evaluación sumativa, que se realiza al final de una intervención para determinar en que medida se produjeron los resultados previstos. (CEPAL-ILPES, 2005)
  • Trata de determinar si hubo cambios, la magnitud que tuvieron,  a qué segmentos de la población objetivo afectaron, en qué medida y qué contribución realizaron los distintos componentes del proyecto al logro de sus objetivos. (Cohen y Franco, 2002)
  • Medición de los cambios en el bienestar de los individuos, que pueden ser atribuidos a un programa o una política específica. (Banco Mundial, 2003)

Al abordar la evaluación de impacto es necesario destacar:

  • La relación de causalidad: se trata de conocer los cambios que se producen tras un programa o política específica  -a nivel social, de la empresa o en los participantes de las mismas- e identificar en qué medida estos cambios (efecto) son atribuibles al programa (causa). 
  • La variedad de impactos que puede tener una intervención: -económicos, técnicos, socio-culturales-    pueden ser  previstos (definidos en los objetivos de la actuación a evaluar) o no previstos.  
  • Los distintos impactos en las personas, las empresas y en la sociedad.

La evaluación de impacto se basa en el contraste entre la situación de partida y lo que ocurre una vez que la formación ha tenido lugar. Ese contraste busca revelar los cambios que se pueden atribuir a la intervención que se evalúa.


Como se mencionó antes, la evaluación de impacto debe dar respuesta a algunas preguntas sobre el impacto en la sociedad, las empresas y las personas:

Para medir el impacto en la sociedad se pueden formular, entre otras:

  • ¿Se ha mejorado la calidad de los programas de formación en los que se invierten fondos públicos?
  • ¿Han tenido más oportunidades de acceso a la formación las poblaciones vulnerables al desempleo, los jóvenes, las mujeres, las personas con discapacidad, las minorías étnicas?
  • ¿Ha permitido la formación un acceso a trabajos decentes?
  • ¿Cuál es el retorno económico del presupuesto dedicado a la formación?
  • ¿Están las políticas económicas y fiscales creando un entorno propicio para que la formación contribuya al mejoramiento de la productividad, el crecimiento del empleo y el desarrollo?

 

Las empresas pueden plantearse:

  • ¿Qué mejoras de la productividad pueden atribuirse a la acción de formación?
  • ¿Se verifican cambios positivos en las condiciones de trabajo?
  • ¿Los procesos de trabajo son más eficientes como resultado de las nuevas competencias desarrolladas?
  • ¿Disminuyeron los accidentes de trabajo?
  • ¿El clima laboral ha mejorado como efecto de la acción formativa?
  • ¿La proporción de productos finales rechazados ha disminuido?
  • ¿Cuánto retorna por cada unidad invertida en aprendizaje?

 

Las personas se pueden preguntar:

  • ¿Ha sido útil la formación para encontrar un empleo?
  • ¿Se han desarrollado competencias que se demandan en el empleo?
  • ¿Han mejorado los ingresos como resultado de las nuevas competencias adquiridas?
  • ¿Se tiene mejor empleabilidad?
  • ¿Han mejorado las condiciones de trabajo?
  • ¿Qué cambios en el bienestar se han producido? 

Los organismos que ejecutan programas de formación deben tener en cuenta todas estas preguntas desde el diseño de sus programas, en su ejecución y en la evaluación de impacto.