Como ya se ha señalado en el eje 2, existen diversas posturas acerca de si resulta necesario evaluar el impacto de todos los programas, acciones o políticas de formación.
En esta Guía se reconoce que es clave verificar si las acciones que se están llevando a cabo están alcanzando los objetivos planteados. Se comparte también la visión de que los objetivos de la formación y el aprendizaje permanente deben, no sólo lograr el desarrollo de las competencias en los participantes, sino además incidir en la mejora de la empleabilidad y calidad de vida de las personas, el aumento de la productividad y competitividad de las empresas y el crecimiento económico sostenible, la creación de empleo y el desarrollo social.
Siempre será mejor evaluar y al hacerlo, aplicar métodos prácticos, sencillos y útiles.
Para que la evaluación de impacto se constituya en una herramienta para tomar decisiones efectivas, se requiere identificar las variables clave y realizar el seguimiento y monitoreo sobre las mismas (participantes, presupuesto, costos, programas) y de esta manera pueda asociar los objetivos de sus programas con indicadores de resultados, efectos e impactos. Un apoyo básico y necesario para la gestión por resultados son los métodos de monitoreo junto con los sistemas de información gerencial.