¿De qué manera la formación se relaciona con el desarrollo económico y social?

La educación, la formación profesional y el aprendizaje permanente son pilares fundamentales para el empleo de los trabajadores; les facilitan condiciones para mejorar su empleabilidad y su calidad de vida y contribuyen con el desarrollo empresarial sostenible. Estos cometidos están ligados con los ODM6, en especial los
relativos a la reducción de la pobreza.
 
El primero de los ODM, “Erradicar la pobreza extrema y el hambre” junto con una de las metas para hacer realidad dicho objetivo, cual es “Lograr el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, incluidos las mujeres y los jóvenes” recogen los propósitos de los programas de formación y desarrollo de competencias que promueven los ministerios de educación y de trabajo, ejecutados por ellos mismos y por instituciones públicas y privadas. Una de las áreas estratégicas del mandato de la OIT es el resultado: “Más mujeres y hombres tienen acceso a empleos productivos, trabajo decente y oportunidades de obtener ingresos”7, para lo cual el desarrollo de las competencias es esencial.
 
En recientes discusiones sobre la importancia del desarrollo de las capacidades y competencias, la OIT ha insistido en que “la educación y la formación son necesarias para el crecimiento de la economía y del empleo y para el desarrollo social. También contribuyen al desarrollo de la persona humana y a la constitución de una ciudadanía
informada. La educación y la formación son un medio para potenciar a las personas, mejorar la calidad y la organización del trabajo, aumentar la productividad y los ingresos de los trabajadores, fortalecer la capacidad competitiva de las empresas y promover la seguridad en el empleo, la equidad y la inserción social.” La formación
es “piedra angular del trabajo decente”8, con una visión de aprendizaje permanente que guarda coherencia con las políticas públicas en los ámbitos económico, fiscal, social y del mercado de trabajo, todas ellas fundamentales para el crecimiento económico sostenible, la creación de empleo y el desarrollo social.
 
La formación y el desarrollo de competencias constituyen la base para la competitividad de las economías y de las empresas. Desde el punto de vista social, son una herramienta en el combate a la pobreza y la promoción de la igualdad de oportunidades, mediante la integración de las personas en los ámbitos laboral, social
y de ciudadanía9. La formación profesional es una de las políticas para el logro de los objetivos centrales de la estrategia de generación de trabajo decente10.
 
 

6  Los ODM son un plan de todas las naciones y las instituciones de desarrollo más importantes a nivel mundial; fueron lanzados en la Cumbre Mundial de 2000 de las Naciones Unidas.

Ver: http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/bkgd.shtml

7  Programa y Presupuesto para el bienio 2010-2011. OIT, Ginebra, 2009.

8  Resolución sobre la formación y el desarrollo de los recursos humanos. OIT. CIT 88ª reunión, Ginebra, 2000.

9  OIT. Recomendación 195. Op. cit.

10  OIT. Trabajo decente en las Américas: una agenda hemisférica 2006-2015. Informe del Director General. XVI Reunión Regional Americana, Brasilia, 2006.